Cuando Roberto Ramos era apenas un adolescente, jamás imaginó que una simple mudanza cambiaría su vida. Le pagaron con un cuadro. En este episodio, Roberto nos habla de cómo llegó al arte sin proponérselo, de su despertar a la libertad, del poder de la memoria cultural como antídoto contra el totalitarismo, y de su deseo profundo de que esas obras algún día regresen a una Cuba libre.