Para su asistencia sanitaria, merece una Opción Personal.

Ilustración que promueve las opciones personales de atención sanitaria.

¿Qué es la asistencia sanitaria personalizada?

Tú sabes qué es lo mejor para ti y tu familia. La Opción Personal en Asistencia Sanitaria lo respeta.

La comunidad hispana -como todos los estadounidenses- está preocupada por no poder costearse la atención sanitaria. Demasiadas familias latinas se enfrentan a los retos que suponen los elevados costes de la atención sanitaria, las escasas opciones y el sentirse abrumadas por un sistema sanitario increíblemente complejo.

No debería ser así.

Reimaginando la atención sanitaria, podemos empezar a avanzar hacia un sistema en el que todo el mundo tenga acceso a la atención sanitaria de alta calidad que necesita cuando la necesita y a un precio que pueda permitirse. Podemos empezar por eliminar las barreras que ahogan la innovación y dificultan que médicos, científicos e incluso pacientes hagan más asequible la atención sanitaria a todos y cada uno de los estadounidenses

Cuatro principios de atención sanitaria personal

Creemos que todos los estadounidenses se lo merecen:

Seguros asequibles y de calidad

Ofrecer a los estadounidenses como usted más opciones de seguro médico, para que puedan elegir la cobertura más asequible que se adapte a sus necesidades.

Mejor acceso a médicos de confianza

Eliminar las barreras gubernamentales, para que pueda ver al médico que quiera cuando y como quiera.

Transparencia y certidumbre de precios

Ponga fin a las facturas médicas sorpresa, para poder tomar decisiones con más conocimiento de causa y controlar sus gastos sanitarios.

Seguros asequibles y de calidad

Reformar el proceso de aprobación de la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA), para que los nuevos fármacos lleguen al mercado más rápido y a menor coste sin sacrificar la seguridad.

¿Cómo podemos arreglar lo que no funciona en la sanidad estadounidense?

Tenemos algunos de los mejores médicos, hospitales y asistencia sanitaria del mundo, pero el 70% de los estadounidenses cree que nuestro sistema sanitario no funciona. Sin embargo, no creen que la solución sea dar al gobierno un mayor control. Por eso proponemos una Opción Personal en la asistencia sanitaria. Este enfoque te garantiza la elección y el control que deseas, la asequibilidad que necesitas, la calidad que mereces, y todo ello de la mano de los profesionales médicos en los que confías.

¿Qué tiene de malo una solución sanitaria gestionada por el gobierno?

Algunos dicen que la respuesta es que el gobierno se haga cargo de la sanidad ("Medicare para todos" o "una opción pública"). Aunque esa "solución" pueda parecer atractiva, no puede garantizar las protecciones básicas que necesita la gente.

En primer lugar, la población de los países con un sistema sanitario público de pagador único suele padecer escasez crónica de medicamentos, largas listas de espera y racionamiento burocrático. Entre ellos se encuentran países como Cuba y Venezuela, donde los más vulnerables son los que más sufren con un sistema público.

Incluso una "opción pública", o una opción de asistencia sanitaria gestionada por el gobierno entre otros planes de seguro médico privados, provocaría que decenas de millones de estadounidenses perdieran su plan de salud actual y conducirá inevitablemente a una absorción por parte del gobierno que significa costes más elevados y menos acceso para todos. Dificultará que la gente reciba la atención que necesita cuando la necesita.

Sanidad pública

A los votantes les preocupa mucho la sanidad, y esto es lo que dicen:

Los votantes debaten en círculo sobre la sanidad

Mantener lo que funciona

La mitad de los votantes quiere mantener lo que funciona en nuestro sistema sanitario y arreglar lo que no funciona.

Lo personal es mejor que lo público

7 de cada 10 votantes prefieren una Opción Personal a una Opción Pública o Medicare para Todos.

Elección

Casi 3/4 de los votantes quieren tener derecho a elegir la cobertura sanitaria que más les convenga.

Costes

Los estadounidenses gastan una media de 5.000 dólares al año en gastos sanitarios de su bolsillo.

Menos control

El 69% de los votantes no quiere más control gubernamental de la sanidad.

Concurso

Al 84% le gustaría que la FDA comercializara más rápidamente los medicamentos, aumentando la competencia y reduciendo los costes.

Mejor para la familia

El 58% de los votantes cree que una Opción Personal les mejoraría a ellos y a sus familias. Y el 61% de los votantes está a favor de una mayor competencia para mejorar la asistencia sanitaria.

Más opciones significa más control y menos costes.

La Opción Personal te permite tomar las riendas de tu asistencia sanitaria.

Agenda Política de Opciones Personales

Eliminar barreras | Capacitar a los pacientes | Ampliar la cobertura

Las reformas sanitarias que amplían el control gubernamental, como "Medicare para todos" o una "Opción pública", no pueden dar a los estadounidenses lo que necesitan y merecen: asequibilidad, fiabilidad y capacidad de elección del consumidor. En su lugar, los responsables políticos deberían apoyar una Opción Personal que reduzca los costes y dé a los estadounidenses el control sobre su atención médica.

Las cuentas de ahorro sanitario (HSA) son cuentas de ahorro con ventajas fiscales para gastos médicos, similares a un plan 401(k). El dinero invertido en una HSA no tributa siempre que se utilice para un gasto médico cualificado. Esta ventaja fiscal ofrece esencialmente a los titulares de una HSA hasta un 37% de descuento (dependiendo del tramo impositivo del titular) en cada compra de atención médica de bolsillo.

Sin embargo, las HSA sólo están disponibles para las personas con un plan de seguro médico con deducible alto definido por el gobierno federal, es decir, sólo el 10% de los estadounidenses. El Congreso debería cambiar la ley para que todos los estadounidenses que quieran una HSA puedan acceder a ella.

Existe un nuevo y apasionante tipo de relación médica entre médicos y pacientes llamado Atención Primaria Directa. La APD es el paradigma de la atención sanitaria personalizada, porque en ella no interviene ninguna compañía de seguros. En su lugar, los pacientes pagan una cuota fija a un médico a cambio de servicios de atención primaria, servicios preventivos y descuentos en medicamentos. Es como una suscripción a Netflix con tu médico favorito.

El IRS no clasifica las cuotas de la Atención Primaria Directa como gasto médico deducible de impuestos, y la agencia pone onerosas limitaciones al acceso a la APD para ciertos estadounidenses. El Congreso debería invalidar al IRS a la hora de aplicar la reforma sanitaria, para que todos los estadounidenses puedan optar por afiliarse a un CPD y deducir los gastos sanitarios en su declaración de la renta.

Las HRA (Health Reimbursement Arrangements) son planes financiados por la empresa que reembolsan a los trabajadores sus gastos médicos. Una reciente normativa federal permite a los trabajadores utilizar fondos de sus HRA para pagar un seguro médico privado y portátil que pueden llevarse consigo de un trabajo a otro. El Congreso debe hacerlo:

  • Convierta este reglamento en ley para que no se pueda suprimir esta prestación.
  • Permitir que las HRA se utilicen para comprar planes de seguro médico renovables a corto plazo, que suelen costar mucho menos que los planes tradicionales.

Los planes de salud asociativos permiten a particulares y empresas unirse para adquirir un seguro médico asequible a precios de grupo más bajos. Las empresas ahorran dinero y los trabajadores obtienen un mejor seguro médico por primas más bajas que en los intercambios de Obamacare. Sin embargo, el reglamento del Departamento de Trabajo que permitía los AHP fue bloqueado por un juez federal. El Congreso tiene que aprobar un proyecto de ley para legalizar los Planes de Salud de Asociación.

El seguro médico de corta duración puede ser una solución asequible para quienes buscan cobertura sanitaria durante periodos transitorios de su vida. Estos planes suelen ser entre un 50% y un 80% más baratos que los planes más completos, por lo que son ideales para quienes no quieren pagar por una cobertura que no necesitan. En muchos estados, estos planes están prohibidos o restringidos. El Congreso debe actuar para garantizar que los estadounidenses tengan acceso a opciones de seguro médico a corto plazo.

Algunos medicamentos recetados de marca cuestan demasiado, pero tenemos que asegurarnos de bajar sus precios de la forma adecuada. La fijación de precios por parte del gobierno no funcionará. Los economistas afirman que reduciría el número de nuevos medicamentos, aumentaría las costosas estancias hospitalarias y tendría consecuencias desastrosas para la salud. En lugar de eso, deberíamos:

  • Fomentar la competencia introduciendo más medicamentos genéricos en el mercado.
  • Permitir la venta de medicamentos ya aprobados por países avanzados en los que confiamos.
  • Reducir los gastos de los ancianos en recetas limitando los precios de los medicamentos y colmando las lagunas en la cobertura.

Una FDA más eficaz permitiría que los medicamentos y terapias que salvan vidas llegaran antes a las personas, sin sacrificar la seguridad. Esto es especialmente importante si se tiene en cuenta que se necesitan 10 años y 3.000 millones de dólares para sacar un nuevo medicamento al mercado. Muchos de estos nuevos medicamentos se aprueban años antes en otros países, en detrimento de los pacientes estadounidenses. Esto causa sufrimientos y muertes innecesarias. La reforma de la FDA significa:

  • La FDA debería autorizar la venta de fármacos y dispositivos que ya han sido aprobados por países avanzados en los que confiamos, como Alemania, Inglaterra y Japón.
  • Debemos levantar la ley mordaza de la FDA que prohíbe compartir con los médicos información científica válida sobre posibles usos de los medicamentos fuera de los límites de su etiquetado, incluso cuando la información podría salvar vidas.
  • Deberíamos aprender del increíble éxito de la FDA en la rápida aprobación de las vacunas COVID-19 en 2020 y hacer que su enfoque racionalizado de "Operación Warp Speed" sea la norma para todos los medicamentos en lugar de la excepción. Esto reducirá costes y salvará vidas.

La telesalud permite a los pacientes informar de síntomas o visitar a un médico virtualmente, a través de un ordenador o un smartphone, en lugar de tener que estar en persona. La pandemia puso dramáticamente de manifiesto la necesidad de servicios de telesalud, sobre todo para quienes viven en comunidades rurales y urbanas desatendidas.

Los estudios demuestran que el uso de la telesalud reduce las tasas de infección y hospitalización y ahorra dinero: un auténtico win-win. Pero el acceso a la telesalud suele estar restringido por las normas de las compañías de seguros y la burocracia gubernamental. Es hora de levantar las restricciones obsoletas de la telesalud y estimular una revolución digital de la salud que salve vidas y ahorre dinero.

Las leyes estatales y locales de "certificado de necesidad" o CON tienen un buen nombre: son la mayor "estafa" de la sanidad estadounidense. Estas leyes innecesarias y perjudiciales exigen que los sistemas hospitalarios y otros centros sanitarios obtengan la aprobación de una agencia gubernamental antes de poder abrir o ampliar sus instalaciones en una zona determinada. A menudo, sólo añadir una nueva cama o una máquina de resonancia magnética requiere la aprobación del gobierno, un proceso que puede añadir años y miles de dólares en costes.

En realidad, las leyes CON nunca son necesarias y se considerarían inaceptables en cualquier otro mercado. Estas leyes suelen otorgar a los centros ya existentes un poder de veto sobre los competidores que quieran entrar en su zona. Esto limita las opciones de los pacientes y mantiene altos los costes. Lamentablemente, más de la mitad de los estados cuentan actualmente con una ley de CON. Todas las leyes de Certificado de Necesidad deben derogarse para fomentar la competencia y reducir los costes para los pacientes.

Casi 80 millones de estadounidenses no tienen acceso suficiente a un proveedor de atención sanitaria. Esto se debe a que muchos estados no permiten que los proveedores no médicos, como las enfermeras registradas de práctica avanzada y los asistentes médicos, ejerzan en todo el ámbito de su formación; deben trabajar bajo la supervisión de un médico. Para aumentar el acceso a la atención médica en las zonas subatendidas y reducir los costes, los estados deberían permitir que los enfermeros practicantes ejerzan de forma independiente en toda la extensión de su educación y formación.

Las leyes estatales sobre licencias impiden que médicos y enfermeros atiendan a los pacientes más allá de las fronteras estatales, incluso a través de la telesalud. Durante la pandemia vimos cómo estas leyes impedían a médicos y enfermeras acudir allí donde se les necesitaba. La eliminación de las barreras excesivas a la concesión de licencias mejoraría enormemente la elección, la competencia y las opciones de atención de calidad. Los estados deben promulgar reformas para reconocer automáticamente las licencias de profesionales sanitarios de otros estados. El Congreso debe garantizar que los médicos y enfermeros cobren por la atención prestada legalmente en otros estados.

En casi todos los negocios, el consumidor puede ver el precio por adelantado. Por desgracia, la sanidad no funciona así. Los precios suelen estar ocultos y los costes, incluso para un procedimiento rutinario, pueden variar enormemente sin justificación aparente. Incapaces de comparar precios, los pacientes reciben facturas excesivas y cargos sorpresa.

La verdad es que los costes sanitarios no bajarán hasta que haya una verdadera transparencia de precios. Es hora de poner a los consumidores en el asiento del conductor, por ejemplo, dando a los pacientes la posibilidad de buscar valor utilizando herramientas como las cuentas de ahorro sanitario libres de impuestos y los acuerdos de atención primaria directa. Esto incentivará a médicos y hospitales a publicar sus precios de pago en efectivo y a competir por ellos. Y eso se traducirá en menores costes y mayor calidad para todos.